CIUDAD:
"Cuando Aristóteles dice «una ciudad es un cierto número de ciudadanos, de modo que debemos considerar a quién hay que llamar ciudadanos y quién es el ciudadano...» «Llamamos, pues, ciudadanos de una ciudad al que tiene la facultad de intervenir en las funciones deliberativa y judicial de la misma, y ciudad en general, al número total de estos ciudadanos que basta para la suficiencia de la vida». Esta definición esta referida al concepto político de la ciudad estado de Grecia. La ciudad estado (el Estado es la ciudad y la ciudad es el Estado).
Para Alfonso X el Sabio la ciudad es «todo aquel lugar que es cerrado de los muros con los arrabales et los edificios que se tiene con ellos». Nótese que como la definición se refiere a una ciudad medieval, está rodeada de muros que la protegen de los peligros y la amenaza exterior. En el siglo XVIII, Richard Cantillon, expresa que: «Si un príncipe o un señor fija su residencia en un lugar grato, y si otros señores acuden allá y se establecen para verse y tratarse en agradable sociedad, este lugar se convertirá en una ciudad». Esta definición se ajusta al concepto de ciudad barroca, de carácter señorial, eminentemente consumidora, donde reinan la riqueza y el lujo. Werner Sombart, sostiene que este fue el origen de las ciudades grandes de Occidente, antes del advenimiento de la revolución industrial y de sus efectos.
Ortega y Gasset dice: «la ciudad es un ensayo de secesión que hace el hombre para vivir fuera y frente al cosmos, tomando de él porciones selectas y acotadas». Su definición se basa en la diferencia entre naturaleza y ciudad, considerando a esta como una creación del hombre abstracta y artificial. Tampoco esta definición se ajusta a todas las ciudades, su aplicación es parcial. Para Ortega, la ciudad por excelencia es la clásica y mediterránea donde encontramos como elemento fundamental la plaza «la urbe -dice- es, ante todo, esto: plazuela, ágora, lugar para la conversación, la disputa, la elocuencia, la política. Es decir, que en realidad, la urbe clásica no debía tener casas, sino sólo fachadas como para cerrar una plaza, escena artificial que el animal político acota e impone sobre el espacio agrícola». Se interpreta que la ciudad clásica nació de un instinto opuesto al doméstico, es decir, se edificó la casa para estar en ella, vivir en ella, pero la ciudad se fundó para salir de la casa y reunirse en otros espacios dentro de la ciudad con otros que también salían de sus casas. Es decir que el conjunto de usos de suelo residencial familiar, con otros usos generan espacios de relación o de reunión en la ciudad. "
Para Alfonso X el Sabio la ciudad es «todo aquel lugar que es cerrado de los muros con los arrabales et los edificios que se tiene con ellos». Nótese que como la definición se refiere a una ciudad medieval, está rodeada de muros que la protegen de los peligros y la amenaza exterior. En el siglo XVIII, Richard Cantillon, expresa que: «Si un príncipe o un señor fija su residencia en un lugar grato, y si otros señores acuden allá y se establecen para verse y tratarse en agradable sociedad, este lugar se convertirá en una ciudad». Esta definición se ajusta al concepto de ciudad barroca, de carácter señorial, eminentemente consumidora, donde reinan la riqueza y el lujo. Werner Sombart, sostiene que este fue el origen de las ciudades grandes de Occidente, antes del advenimiento de la revolución industrial y de sus efectos.
Ortega y Gasset dice: «la ciudad es un ensayo de secesión que hace el hombre para vivir fuera y frente al cosmos, tomando de él porciones selectas y acotadas». Su definición se basa en la diferencia entre naturaleza y ciudad, considerando a esta como una creación del hombre abstracta y artificial. Tampoco esta definición se ajusta a todas las ciudades, su aplicación es parcial. Para Ortega, la ciudad por excelencia es la clásica y mediterránea donde encontramos como elemento fundamental la plaza «la urbe -dice- es, ante todo, esto: plazuela, ágora, lugar para la conversación, la disputa, la elocuencia, la política. Es decir, que en realidad, la urbe clásica no debía tener casas, sino sólo fachadas como para cerrar una plaza, escena artificial que el animal político acota e impone sobre el espacio agrícola». Se interpreta que la ciudad clásica nació de un instinto opuesto al doméstico, es decir, se edificó la casa para estar en ella, vivir en ella, pero la ciudad se fundó para salir de la casa y reunirse en otros espacios dentro de la ciudad con otros que también salían de sus casas. Es decir que el conjunto de usos de suelo residencial familiar, con otros usos generan espacios de relación o de reunión en la ciudad. "
No hay comentarios:
Publicar un comentario